10 de noviembre de 2011

Y como cada mañana, tome mi libro y me dirigia hacia el mismo lugar de siempre, reaccion mecanica al instinto de espera. Lo abro en la pagina anterior de la ultima lectura, y veo mi reloj, para saber mas o menos cuanto alcanzare a leer.

Es otoño y las hojas de los arboles me molestan al caer sobre mi cabeza, pero podia reemplazarlo por el sabor inerte del humo de un cigarrillo. Mientras leia intentaba concentrarme pero habia algo fuera de lo comun que no dejaba poder internarme dentro de la historia del libro.

Asi tome el libro, lo cerre y lo guarde en el bolsillo de la inmensa chaqueta que estaba ocupando, saque otro cigarrillo y fue en el momento de sacar el chispero en donde me di cuenta porque estaba tan desconcentrado, y que en verdad no tenia que seguir esperando.

Ya nadie llegaria a esa banca a abrazarme, saludarme de un beso cariñoso, tierno y timido, preguntarme si compre algo de comer, algo de tomar, agarrarme de el brazo y caminar con una sonrisa gigante y hermosa. Hablar sobre el futuro, sobre nuestros hijos, nuestros nietos, y los amigos de la familia. De lo mucho que nos gusta molestar al otro, hablar bajito y tomarnos de la mano al llegar a la esquina.

No será lo mismo ahora, caminar hacia la estacion con un queque con piscas de chocolate en la mano, subir al tren de las 2 y viajar a mi casa... Ir solo observando el paisaje del exterior, lleno de contaminacion humana y hedor a fierro caliente. Algun dia, lo se, volvere a sentarme en esa banca, concentrarme en mi libro, recibir un beso, y caminar hacia la eternidad, contigo del brazo.....


Ni siquiera me gustan las pizcas de chocolate.....

1 comentario:

Unknown dijo...

No vivas de un pasado dañado, espera en el presente el mejor futuro venidero